¡Cuidado, Siete Secretos! by Enid Blyton

autor:Enid Blyton [Blyton, Enid]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 1961-12-31T16:00:00+00:00

—Tienes razón, Colín; existe ese peligro —admitió Peter—. Pero podríamos mantener a Scamper apartado, sujeto con la correa hasta que alguno de nosotros, yo, por ejemplo, avisara con un silbido que podía entrar en acción.

Así, hablando, riendo y entusiasmándose cada vez más, consiguieron elaborar un plan, que Peter resumió. Finalmente dijo:

—Nadie debe enterarse de esto. Nos encontraremos aquí, al oscurecer. Como puede hacer frío, no me vengáis sin jersey. Tampoco debéis olvidar las linternas, y hacedme el favor de comprobar que las pilas no estén demasiado gastadas. Podría ser peligroso que de pronto nos quedásemos a oscuras.

—Esta noche hay luna; no lo olvides —advirtió Pamela.

—Lo sé —dijo Peter—. Pero las nubes pueden cubrirla. Además, el bosque es siempre oscuro. Otra cosa: hay que guardar el mayor silencio. Si es preciso hablar, lo hemos de hacer al oído, susurrando. ¿Entendido?

—Sí —respondieron todos muy bajito, como si estuvieran ya en el bosque.

—Cada uno de nosotros se esconderá en un sitio —continuó Peter—, en la copa de un árbol o entre la maleza, y vigilará los árboles que tenga a su alcance. Colín nos llevará al lugar donde os sentasteis a comer y desde allí nos distribuiremos estratégicamente por todo el sector, de modo que nadie pueda pasar sin que alguno de nosotros lo veamos. Nadie hará ruido, y ¡pobre del que se ría! ¿Estamos de acuerdo?

—De acuerdo.

La respuesta fue unánime. Pero las chicas sintieron un cosquilleo a lo largo de la espalda. La cosa no era para menos. ¡Qué emoción!

—No nos moveremos hasta ver hacia qué árbol se dirige el ladrón para llevarse las medallas —añadió Peter—. Entonces soltaremos a Scamper, que se encargará de ahuyentar y perseguir al ladrón, y nosotros aprovecharemos este momento para buscar la grieta y sacar el estuche.

—¡Es la aventura más emocionante que hemos tenido! —exclamó Bárbara con voz trémula—. ¡Y la más peligrosa!

—No habrá peligro si cumples mis instrucciones —dijo Peter—. Y ahora escuchad: si alguno de vosotros nota que se apodera de él el miedo, que se quede quieto en su sitio, que no salga, pues podría echarlo todo a perder. Por lo que más queráis, no olvidéis esto… Y nada más. Sólo rogaros que seáis puntuales. Al oscurecer, todo el mundo aquí. No esperaremos al que se retrase.

Todos se propusieron ser los primeros en llegar.

No era cosa de perderse una aventura tan emocionante y maravillosa.

«Ojalá encontremos las medallas —se decía Colín al volver a su casa—. Me sentiría feliz si pudiera devolvérselas al general y ver su cara radiante de alegría. Nunca he deseado nada tan vivamente».

¡Encomiéndate a Dios, Colín! La aventura es peligrosa. Pueden ocurriros cosas desagradables.

De modo, Colín, que ¡mucho cuidado! ¡Y mucha suerte, Siete Secretos!

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